Juanillo estaba ya casado y con hijos. Un día que estaba trabajando en el campo encontró un maletín lleno de dinero. Se puso muy contento y se fue para su casa y le dijo a su mujer que le llevaba muchos "redondos" que se había encontrado, para que jugaran los niños.
La mujer, que era muy lista, hizo muchos buñuelos, los echó por los árboles del jardín. Puso también un altar y en él colocó al burro. Por la noche se levantó, levantó a Juanillo y le dijo:
- Mira, Juanillo, ha caído una nube de buñuelos. Y mira: allí hay un burro diciendo misa. Pasó el tiempo y un día pasó un hombre por el pueblo preguntando por un maletín de dinero. Juanillo se puso muy contento y le dijo que él se había encontrado un maletín lleno de "redondos", pero que se los había llevado a sus hijos para que jugaran. Juanillo se llevó al señor a casa y le dijo a su mujer:
- María, este señor viene buscando la maleta de "redondos" que les traje a los niños.- ¿Qué maleta? - contestó su mujer.
- Sí, mujer. Aquella que traje la noche que cayó la nube de buñuelos.
- ¿Cuándo?
- Sí, mujer. Cuando el burro dijo misa. ¿No te acuerdas?
El señor que había ido buscando su maleta decidió despedirse pidiendo disculpas:
- Perdone usted las molestias, señora. Y que Dios la ayude con esta carga que le ha mandado.
Y así fue como Juanillo, el tonto, se quedó rico, gracias a su mujer, que era muy lista.
Lo recogió Benito Lupiañez Romera, 17 años.
Lo contó su madre Elena Romera Fernández, 43 años.
Albondón.
Lo contó su madre Elena Romera Fernández, 43 años.
Albondón.
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