En el cortijo "Los palos" vivía una familia que tenía tre' zijos. El padre le' decía que pa' here'ar el cortijo tenían que encontrar la flor del alica’, que era una flor que tenía podere’. Antonce’, al otro día, zu mad’e le' jechó comí'a en la talega. El zagá' máj chico ze fue por zu la'o y los máj mozuelos, que eran máj malo’ que Caín, ze fueron junto’. El máj chico, que era una güena perzona, una de la’ noche’ que ze ‘jtaba pazando bajo un árbol, ze le apareció la Virgen y le dijo pa' onde tenía que ir pa' encontra’ la flor del alica’. Ya la encontró y cuando la trunquía en la talega, loj ‘ermano’, que le galiparon, ze ‘zcondieron. El probe, tan ajeno que iba, zirvandillo, cuando menos ze lo esperó, loj otro’ que ‘ztaban al acecho, le echaron er guante y pa' que no pudiera decir na' lo apalearon y lo enterraron en una caña'ílla. Ya cogieron la flor del alica’ y ze fueron camino del cortijo.
Zu pa’re ze que'ó pajma'o al ver aparece’ loj do’ mozo’ con la flor del alica’. El probe eztaba en un trance; dejpué’ de mucha’ hora’ dándole vuerta’ a la cabeza dizcurrió que ze lo dejaría a loj do’. Un día que ze fueron de labranza ze dejó cae por allí un pajtorcillo que z’ había jecho una frauta y que al ir a zoplá' zalía como una muziquilla diciendo: "me mataron por ze’ yo el qu’ encontró la flo’ del alica". Y el pa’re, que lo oyó, llamó a zu’ do’ zijos pa' que oyeran lo que decía la frauta. Ello’, que lo zabían, ya cogieron loj burro’ y trajpuzieron lomo abajo. Y al paza’ por laj cañavera’ ‘onde habían zepurta’o al hermano dezaparecieron y no ze zupo máj na' d'elloj.
Lo recogió Maribel Maldonado Escudero, 16 años.
Lo contó Amalia Rey, 87 años.
Murtas.
Lo contó Amalia Rey, 87 años.
Murtas.
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